Una de las escritoras más importantes españolas es Ana María Matute Ausejo. Ella nació en Barcelona, España en junio 26, 1925 y murió en el mismo lugar en julio 25, 2014. Fue hija de Facundo y María Ausejo Matute y era una de dos niñas de sus cinco hermanos (Pérez 2). Matute creció siendo cuentista, novelista y ensayista, además de sobresalir como músico profesional (Cervantes.org 1). Es principalmente conocida por sus obras como Los Abel 1948, Pequeño teatro 1954, Los hijos muertos 1958 y Fiesta noroeste 1952 (Encycolopedia.com 3). En 1938, Matute escribió la revista de Shybil. Era una revista que escribió cuando era joven con cuentos, poemas y dibujos. En 1941 estudió pintura con Nùria Llimona y violín con Juan Masia, que tenían fama de ser los mejores en su especialidad (Pérez 4-5).
Las experiencias como niña han quedado reflejadas en varios escritos de ella. Cuando tenía cuatro años sobrevivió una experiencia que casi le pone fin a su vida que fue una infección en los riñones. Después a los ocho años Matute se vuelve a enfermar y sus padres la envían con sus abuelos en Mansilla de la Sierra en La Rioja, España. (Pérez 2). La mayoría de sus historias están inspiradas en el pueblo de sus abuelos, lo que había escuchado de los adultos cuando era niña y la corrupción política (Godoy 4). Ella dominó los años cuarenta y cincuenta como escritora por sus ensayos sobre la Guerra Civil (1936-1939) y su estilo de realismo social (Pérez 4). De niña experimentó la guerra civil bajo el dictador Francisco Franco cuando su familia quedó atrapada en Barcelona (Godoy 5). Los esfuerzos de Matute la llevaron a ganar muchos premios como el Premio Nadal (1947), el Premio Gijón (1952), el Premio de la Crítica y Nacional de Literatura (1959) (Cervantes.org 1).
La representación de la Guerra Civil española a través de la experiencia infantil de Matute contribuyó a la comprensión del trauma psicológico y desafía la literatura de posguerra en España, a través de temas sobre inocencia y pérdida. Las obras literarias de Matute humanizan el impacto de la guerra, centrándose en personas marginadas y convirtiéndose en una influencia para generaciones de escritores.
En el año 1961 Matute lanzó una colección de cuentos llamadas Historias de la Artámila 1961, escribió veintidós historias con varios narradores sin nombre como en la historia de Los chicos. En esta colección de historias Matute incorpora el ambiente de la finca de sus abuelos en Mansilla de la Sierra (Pérez 3). En el cuento de Los chicos se presenta la consecuencia de la Guerra Civil en España (Dever 64). En esta narrativa, el autor explora el impacto de la guerra en los niños para ilustrar el trauma adolescente y la pérdida de la inocencia, mientras que enfatizan el tema de la corrupción social (Chown 93). A través de la experiencia de Matute y al tempo de la dictadura de Franco, sus escritores documentan los problemas sociales y llama la atención sobre las injusticias, como en Historias de la Artámila en la que enseña el microcosmo de la vida en España (Chown 94). Además, otros títulos que muestran un tema y enfoque similar son Pecado de omisión y Luciérnagas 1955.
En Los chicos el narrador es un chico joven y cuenta como dos grupos de jóvenes, de diferentes orígenes, muestran signos de trauma en la persistencia de la guerra, Matute logra transmitir el tema de trauma psicológico y el efecto de no tener una adolescencia, usando figuras literarias como simbolismo, anhelos y lirismo. En la página 57, la palabra “diablo” o “diablillo” se utiliza para describir lo que sentían, después de ser usado repetidamente el miedo se fabricó como un símbolo (Matute 57).

Esta descripción enseña cómo ellos pensaban de los chicos, por ejemplo dicen, “Porque nosotros temíamos a los chicos como al diablo,” y “Nosotros los teníamos por seres de otra raza, mitad monos, mitad diablos,”(Matute 57).
Además, había un rencor entre el grupo de jóvenes, con el único personaje que es nombrado, Efrén, quien tenía trece años y era el hijo mayor del administrador que dirigirá la mayoría de las actividades, llevó a cabo un acto despiadado donde arrastra y golpea repetidamente detrás de los arbustos a otro niño que llegaba a un destacamento penal de Bustarviejo, donde llegan al campo de trabajo como presos de labor. Las acciones de Efrén reflejan el comportamiento insensibilizado puesto por la guerra, al no mostrar remordimiento, muestra cómo la guerra creó la falta de una buena infancia. Esta reflexión muestra la división que la guerra creó entre dos grupos de jóvenes psicológicamente y revela el abuso de poder, en este caso era Efrén.
Maute también usa lirismo, en este caso, decía “Sentí ganas de llorar, no sabía exactamente por qué,” (Matute 62).
Esto humaniza la perspectiva del joven y demuestra su comportamiento en relación con sus emociones. Además, cuando Efrén golpeó al chico, el joven en su grupo se quedó quieto, incapaz de moverse.
Al final el joven dice, “Si sólo era un niño. Si era nada más que un niño, como otro cualquiera,” (Matute 62).
Está claro que no puede moverse, lo que indica el efecto psicológico que la guerra ha costado. También es importante señalar que Efrén era el más grande y significa que el joven tenía menos de trece años. Adicionalmente, luego de ver a Efrén actuar con odio en una edad temprana, sólo se puede ver cómo interrumpe la infancia y mancha la inocencia.
Aparte de Los chicos, en Historias de la Artámila está Pecado de omisión. Una historia escrita en realismo social, como en Los chicos, basada en Artámila un lugar ficticio que Matute inventó. Es importante mencionar que los comentarios de pastores, de criados, de campesinos y de los de su madre y abuela fueron la inspiración o idea detrás de sus historias. Pecado de omisión muestra la “parálisis y pérdida del potencial humano,” de España bajo Franco pero enfocada en la adolescencia (Dever 65). El tiempo que Lope pasa trabajando para Emeterio, puede ser la parálisis de no poder hacer algo y representar la inmovilidad de España bajo Franco. Matute es coherente con los temas literarios, sigue con los efectos de la Guerra Civil española y el aspecto psicológico sobre del desencanto y la soledad (Chown 93). Ella muestra su documentación de la guerra mientras analiza el efecto en la gente de España, usando emociones y anhelos que reflejan las experiencias infantiles de la autora (Virgillo 79).
En esta historia, Lope era un huérfano de trece años y muy inteligente. Emeterio Ruiz Heredia era el primo del padre de Lope que tiene dinero pero nada de compasión y Manuel Enríquez un compañero de clase con malas notas ahora un hombre sofisticado. Al ver a Manuel, Lope reevalúa su vida y se concentra la mayor parte de su tiempo añorando las manos de Manuel. Matute describe la mano de Manuel como, una mano fina, grande, color de cera y “una mano extraña: ni las mujeres la tenían igual,” (Virgillo 78). La mano de Manuel es un recordatorio para Lope sobre su vida actual, su mano está sucia comparada con la suya; se puede interpretar que Lope tiene ganas de ser como Manuel. Después, Lope comienza a sentirse decepcionado por el tiempo perdido y lo lleva a atacar a Emeterio con una roca. La escritora usa el título Pecado de omisión, ‘pecado’ para representar un pecado moral y la carga emocional de Lope al matar a Emeterio, pero también, ‘omisión’ refleja las consecuencias de la negligencia de Emeterio. Se puede interpretar que la soledad le hizo pasar por una crisis psicológica y, la falta de apoyo contribuyendo a su enfado, además de que Lope quedó huérfano, lo cual lo puso en desventaja para tener una buena infancia.

(Foto cortesía de elconfidencial.com)
Matute y sus notables escritos sobre la guerra la llevaron a desafiar las normas de la posguerra, más específicamente el franquismo. España estuvo bajo la dictadura del general Francisco Franco durante un periodo de cuarenta años entre 1939 hasta 1975 (Pérez 6). Este período es descrito como una “restricción administrativa e institucionalizada de la libertad de expresión,” con acciones para reducir las discusiones políticas, morales y religiosas, (Merkle, Denise and Baer 399).
En 1955 Matute publicó En esta tierra con varios cuentos, como Luciérnagas que fue escrita en los años cincuenta pero rechazada por la censura (Pérez 19). La historia de Luciérnagas sucede en Barcelona, donde describe las vivencias de tres familias durante la guerra civil desde la perspectiva de niños adolescentes (Calceglia 1). En el texto original decía “La guerra es una farsa macabra que no consigue nada, ni mejora nada,”(Pérez 6) lo cual es un ejemplo de lo que prohibieron en la escritura y lo que llevó, a que ella mutilara Luciérnagas. También destaca su continuo esfuerzo por mostrar la vida de los niños durante la guerra. Sin embargo, su estilo de escritura motiva a los lectores a preguntarse sobre el destino de los personajes y a través de la experiencia de la heroína. Algo diferente comparado a las obras de Elena Quiroga de Abarca, quien también estaba en contra de la guerra (Chown 6).
Matute siempre tenía ideas y las convirtió en historias pero se puede decir que sin la dictadura de Franco las obras de Matute se centrarán en un aspecto diferente porque la Guerra Civil fue un tema habitual en muchas de sus obras. La atención detallada de Matute sugiere que la comprensión sobre los efectos de la guerra vienen de su infancia durante los años de guerra y, mejor aún, amplifica la voz de los personajes como en Primera Memoria 1959 y Historias de la Artámila 1961. A través de sus historias, documenta cómo la guerra llevó a los adolescentes a tener traumas psicológicos y robar la inocencia de los niños pequeños, además de ser controversial, continuó desafiando al gobierno con su literatura. Matute utiliza él realismo social para transmitir el maltrato durante la adolescencia y los efectos que tuvo la guerra en el pueblo español. La capacidad de Matute para escribir y contar historias demuestra el impacto en los adolescentes durante la Guerra Civil Española.